Qué cosas tenemos...

Hoy me acordé de un chiste mientras pensaba cómo titular este email.*

¿Sabes cuáles son las 3 grandes mentiras del mexicano?:

1. Mañana te pago
2. La última y nos vamos
3. Nomás la puntita

Íbamos a titular el email “Confía”, hasta que recordé el chiste.

Y es que no hay color.

Nos acostamos contigo lo que quieras a que es el que mayor porcentaje de apertura consigue de todos.

Y ojo, para conseguirlo tiene que desbancar al email titulado “Partido” que lleva la friolera de un 83% de tasa de apertura…

Al lío:

Hoy queremos hablarte de confiar o desconfiar, una decisión que los humanos debemos tomar varias veces al día.

¿Cómo podemos saber cuándo decir sí y cuándo decir no?

No es fácil, especialmente porque tenemos un cerebro diseñado para temer lo desconocido —un mecanismo de defensa, por cierto, que nos ha permitido sobrevivir como especie— y evitar cualquier tipo de experimento o cambio de rutina.

Este mecanismo ancestral, paleolítico, nos viene de perlas en un holocausto zombi, pero nos jode vivos cuando se trata de triunfar en la vida.

Ahora vivimos en una época de abundancia e hiper-protección, y es importante explicarle a nuestra amígdala que no hay peligro en hacer cosas como:

• Poner en marcha un negocio.
• Arruinarse, estropearlo, hundirlo.
• Dejar un trabajo de mierda.
• Hablar en público, exponerse, actuar, ser entrevistadu.
• Pedir cosas (no incluye pedir permiso).
• Aprender una actividad diferente, o que toque tu especialidad tangencialmente.

Pero al mismo tiempo es bueno dejar que la amígdala haga su trabajo en situaciones físicas como:

• Cruzarse con un desconocido a altas horas de la madrugada…
• Aceptar caramelitos en la puerta del colegio…
• Caminar por zonas chungas de ciertas ciudades…
• Hacer puenting o nadar con tiburones…
• Correr demasiado con el coche, la moto… o conducir con dos copas.
• Dejar que alguien (desconocido o enemigo) se acerque demasiado…

Son ámbitos diferentes.

Pero curiosamente solemos tener más miedo al primer grupo que al segundo.

Nuestro cerebro nos inyecta cortisol y demás mandangas a todo trapo cuando imaginamos subir a un escenario, y somos capaces de negarnos a hacerlo aunque en realidad no haya ningún riesgo. En absoluto.

El miedo a hacer el ridículo es mayor que el de saltar en paracaídas. En humanos, claro.

Y el miedo a equivocarse y a fracasar… mejor no hablamos.

Nosotros conocemos bien estos frenos absurdos que pone el cerebro, de hecho el posgrado está diseñado para entrenarte a vencerlos.

Y sabemos lidiar con ellos.

Nuestros alumners tienen que pasar por ahí, necesitan entrenarlo, verlo, sobrevivirlo, pasarlo.

Todos lo consiguen, y tras el mal rato pasajero, alucinan de lo que son capaces de hacer.

Ese súper poder les acompañará siempre, guiará sus carreras, su camino hacia el éxito.

Matricúlate para aprender cuándo sí y cuándo no

PD: a veces, para tomar una decisión, ayuda mucho valorar el riesgo frente a la ganancia. Por eso jugamos a la Primitiva o jugamos lotería, algo que los ricos califican de “cosas de pobres”. Pero ojo, gastar un euro y que te puedan tocar 36 millones… por eso te animamos a comparar los 2.760€ que cuesta el posgrado con los cientos de miles de euros que podrás ganar con lo que enseñamos. Si es que lo recuperas con dos nóminas.

*Estás leyendo uno de los emails que reciben los que se apuntan a nuestra Masterclass gratuita de copywriting